El inmortal Julio César Chávez está dispuesto a ofrecer una pelea de exhibición en la Ciudad de México, a beneficio de los afectados por la pandemia del COVID-19.
Por Rodolfo Rosales S.
El inmortal Julio César Chávez está dispuesto a ofrecer una pelea de exhibición en la Ciudad de México, a beneficio de los afectados por la pandemia del COVID-19.
Durante una charla con Mauricio Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo, Chávez compartió la manera en que hace amena la cuarentena, su disposición por ayudar a las personas, su caída y salida de las adicciones.
Siempre sonriente, Julio manifestó que el encierro no lo afecta porque “cuando era peleador profesional me concentraba hasta dos meses, estaba aislado y bueno, el cuerpo tiene memoria, y aunque ya no me concentro, mentalmente estoy preparado”.
Cuando Mauricio Sulaimán le preguntó a Julio César ¿cómo la estaba pasando en la cuarentena?, Chávez sonrió y le dijo: “La estoy pasando bien, acuérdate que yo viví mucho tiempo encerrado en las concentraciones, hasta dos meses; mi cuerpo y mi mente ya están acostumbrados”.
De la convivencia en casa comento que “me la he pasado bien con la familia, con mi señora, come y come; haciendo ejercicio, contentos; pero a la vez preocupados, porque esta pandemia ha ido creciendo y esperemos que estas dos semanas sea el pico y empiece a bajar y a controlar todo, porque la gente necesita trabajar… comer, a ver qué hacemos después de que pase, hacer algo beneficio a la gente”, le dijo al presidente del WBC.
Mauricio se emocionó y le respondió: “Una función, una pelea como las que has hecho, posiblemente en el estadio Azteca o en la Plaza de Toros México, buscando causas perfectamente claras y aprovechando tu liderazgo”.
“Desde luego, tú para eso eres muy bueno, nos ponemos de acuerdo. Ya estoy viejito, pero gracias a Dios la gente ha respondido muy bien a mis exhibiciones, tu estuviste en Hermosillo, en la segunda pelea con el dientón Arce”.
El presidente del WBC le manifestó que “tus peleas con el ‘Travieso’, porque para mí son peleas, no exhibiciones, porque han entrenado para ellas, han sido muy buenas, porque se suben a darse en serio”.
Y le agregó: “Estuve en la de Hermosillo y fue increíble, fue como sí Chávez estuviera defendiendo su título mundial, asistieron 14 mil personas a ver a JC contra el ‘Travieso’, los felicito. ‘Travieso’ es un gran muchacho, se porta al nivel, hacen una buena mancuerna”.
“Mucha gente piensa que es subirse al ring y ya, pero no, entrenamos, no le hacemos al loco, y con la careta los golpes retumban y en el ring uno se calienta… el cuerpo tiene memoria, pero lo más importante es que la gente sale sumamente contenta, como una pelea real y eso hace revivir los momentos gloriosos cuando peleábamos, son cosas a beneficio y eso me llena de satisfacción”, se emocionó Chávez al platicar.
Luego anunció que “debido a que Óscar de la Hoya no quiere bajar de peso, Arce y él ya planean hacer una tercera batalla. El dientón es muy malo, pero valiente, entrón, hacemos una buena mancuerna y la gente sale contenta”.
GRAN RECUERDO
Luego, rememoró como gracias a Don José Sulaimán le llegó la oportunidad de disputar el título mundial superpluma del WBC con Mario “Azabache” Martínez.
“Fue algo increíble, porque yo me había robado a mi señora, me la había llevado de Culiacán a Mazatlán y cuando estábamos a punto de aquello, llegó la policía, yo pensé que era por habérmela robado, pero era para darme la noticia de que iba a disputar el título mundial, me dijeron que me estaban buscando por todo Culiacán, así que me agarraron con los pantalones abajo y no puede hacer nada, porque me fui a Culiacán, luego, viajé a Los Ángeles, a firmar el contrato con Don King, esa fue la primera vez que me subí a un avión, y luego me concentré en la Ciudad de México”.
Agrego que “Yo siempre voy a estar muy agradecido con tu Don José Sulaimán porque fue el primero que me llevó a una clínica de rehabilitación y siempre me decía: ‘Yo no quiero que usted termine mal, no sabe lo que usted vale para México, que termine en la calle. Yo voy a luchar para que esté limpio’. El vino a Tijuana y me llevó a una clínica en San Diego, él pago de su dinero, porque yo andaba mal económicamente, pero le di el gusto de verme limpio, de verme bien, gracias a Dios y eso es con lo que me quedo”.
“Lo único que puedo decir de Don José son bendiciones. Yo recuerdo que venía de México a Tijuana, y decía ‘no le vayas a decir a mis hijos porque se van a enojar y se ponen celosos’, era muy bueno, concluyó Julio César Chávez.